Las reglas han cambiado. Para evitar el fraude, ya no tiene que poner barreras ni crear fricción. Considere ese mito como desmentido.
Hoy en día, la experiencia del cliente es primordial. Y la única manera de crear experiencias que hagan que los clientes vuelvan es no interponerse en su camino. Con una estrategia antifraude basada en la identidad, usted puede eliminar la fricción y generar confianza. Frustre a los defraudadores, no a sus clientes.
Detecte y bloquee el delito de identidad en lugar de esperar a que el daño financiero se haga evidente.
Utilice la biometría conductual para confiar en las acciones de los clientes en lugar de añadir capas de seguridad.
Integre sus equipos de identidad y fraude para unirse contra las amenazas avanzadas basadas en la inteligencia artificial.